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MOZART, Wolfgang Amadeus
Adagio y Fuga para cuarteto de cuerda en do menor K 546
Adagio
Helena Poggio, profesora invitada
Cuarteto Ramales
Zabdiel Hernández Sánchez, violín
Anna Maria Cristina Popan, violín
Karine Vardanian, viola
Andrés Felipe Arroyo Figueroa, contrabajo
Tocan el Adagio seguido y entonces interviene la profesora. En general, le ha parecido que han tocado de manera demasiado ligera para el carácter que tiene esta música (grave, serio, con gran peso emocional). Tienen que buscar más ese carácter de la obra compuesta por un Mozart influenciado por Bach y su Obertura francesa, con ese carácter de orgullo y de querer mostrar grandiosidad. Ello requiere otro tempo más reposado.
Retomando desde el inicio, tiene que sonar más como una sentencia, como una orden ya decidida que se va a ejecutar, marcando bien el ritmo de doble puntillo (aunque no esté todas las veces escrito) con una articulación claramente definida.
Poggio plantea también la cuestión del sonido que querría Mozart para esta obra, e intentar reproducirlo ahora y plasmar su idea conociendo a través de tratados de la época algunas características interpretativas: no alargar al máximo la longitud de las notas, no vibrato, etc.
En retórica los saltos amplios son una exclamación, eso tienen que explicarlo con su manera de tocar. También aconseja marcar más las entradas para ir todos juntos, y las trabajan pizzicato y cuidando no adelantarse al contrabajo (ya que la producción de su sonido es un poco más lenta que la del resto). Los gestos del brazo moviendo el arco tienen que ser más rectos, verticales y precisos en consonancia con esta música, así el ritmo también mejorará.
Idioma: español