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Lecciones magistrales
BELLINI, Vincenzo
I puritani (Los puritanos)
"Or dove fuggo io mai?"
Francisco Araiza, profesor invitado
Jorge Eleazar Álvarez Mora, alumno
Laurence Verna, pianista acompañante
Para comenzar, Araiza señala que los calderones no siempre significan pausa, sino que significan libertad dramatúrgica. Hay que proyectar siempre hacia arriba, igual que el intervalo ascendente de la melodía, y mantener el flujo energético de manera continua. Mantener igualmente la resonancia de cabeza, no bajarse al pecho.
El cantante tiene la facultad de influir en el público, hay que ir dosificando lo que se da, aprendiendo a pintar con la música con pincel fino. El profesor Araiza también indica que hay que redondear más el sonido y no añadir ningún giro a la música que no esté escrito. Hay dos frases en esta aria susceptibles de comparar con las versiones de los grandes barítonos, hay que abrir bien ambos flancos para poder darlo todo. Los sonidos que mejor producimos son los de la región 2 por su riqueza color.
El profesor habla del “raddoppiamento sintattico” del idioma italiano (duplicación sintáctica). Hay que tener cuidado con los acentos naturales de las palabras -Bellini escribió un tratado sobre cómo tratar este tipo de acentos falsos: hay que solventarlos con un portamento ascendente y luego cantando la nota siguiente piano. Este principio se aplica a todo el repertorio-. Pronunciar bien la doble “n”, y sacar provecho de la energía de la sala, del público. Araiza además aconseja no inventar ninguna nota que no esté escrita, estudiando la partitura con exactitud. Por último habla del efecto belliniano de eco (disminuir mucho en la cadencia antes de resolver). El cuerpo vibra completamente cuando tenemos control del registro técnico.
Idioma: español