WEBERN, Anton

Langsamer Satz (Movimiento lento) para cuarteto de cuerda

Cibrán Sierra, profesor invitado

Cuarteto Stoneshield
Desislava Vaskova, violín
Anna Siegreich, violín
Cristina Cordero Beltrán, viola
Anastasiia Averianova, violonchelo

Después de su interpretación, el profesor pregunta al cuarteto qué estilo pictórico o tipo de pintura sería si esta obra fuese un cuadro: podría ser "La noche estrellada" de Van Gogh. El pintor plasma en el cuadro no la realidad como se ve tal cual es, sino como la siente él sin importar lo que a los demás le pueda parecer, lleva esa expresión interna al límite. Es importante plantearse estas asociaciones porque dan pistas para la interpretación: un amplio paisaje montañoso (asociado a Webern como austríaco), y el amor que te sobrepasa, que es más grande de lo que se puede abarcar. Así es esta obra, las armonías empleadas dan sensación de inmensidad inabarcable, evocando las trompas alpinas. Reflexionan sobre los puntos donde se producen clímax claros, con una resolución evidente, como llegando a la cima de una montaña. Le ha faltado al profesor mostrar más estas llegadas en su interpretación, imaginarse la inmensidad de los Alpes. En relación con esto menciona una obra coetánea, los Gurre-Lieder de Schoenberg, con una plantilla orquestal inmensa y exagerada.
Les pide tocarlo otra vez más teniendo en cuenta todo esto, expresando de forma exagerada como en un cuadro de Klimt. Al llegar a la resolución también hay que respirar más entre silencios, y pensar en los reguladores que abren y cierran más como una indicación agógica que dinámica.
Menciona también de Stefan Zweig, que refleja esa época antes de las guerras mundiales, donde todo colapsa y explota, al igual que esta música. Al tocar no deben preocuparse por la afinación y tocar correcto, sino por captar la atención del público con su interpretación de la obra.

Idioma: inglés