PROKOFIEV, Sergey

Sonata para violín y piano núm. 1 en fa menor op. 80

IV. Allegrissimo

Christoph Poppen, profesor invitado

Victoria Warzyca, alumna

Ricardo Alí Álvarez, pianista acompañante

Poppen comienza su intervención señalando que la interpretación es demasiado "amable". Debe ser totalmente en tempo y con una articulación muy marcada que muestre ese carácter más agresivo y chocante respecto al movimiento precedente. Los acordes tienen que sonar en el pulso exactamente y tan largos como sea posible.
Revisando desde el inicio del movimiento, el profesor le indica que para no perder esa fuerza que hay que imprimirle, toque todos los acordes arco abajo y sin decrescendo en los pizzicati, todos fortissimo.
Continúa corrigiendo la articulación en varios momentos, la dirección del arco, el carácter y expresividad que se requiere, dinámicas, realización o no de ritardandi, etc.
Cierto momento es como si con el violín estuviese avisando de un gran incendio. Siguiendo con el símil, el final es como un gran lamento como si un único superviviente mirase la devastación que ha creado el incendio. Y antes de acabar, repiten ese final varias veces para corregir brevemente algunos aspectos musicales que le señala Poppen.

Idioma: inglés