SCHUMANN, Robert

Adagio y Allegro para violonchelo y piano en la bemol mayor op. 70

II. Allegro

Asier Polo, profesor invitado

Montserrat Egea, alumna

Ofelia Montalván, pianista acompañante

Asier Polo hace algunas correcciones mientras toca la alumna. Hay que pensar siempre en frases largas y escuchar siempre la cabeza, la 1ª nota de la frase.
Una vez completada la interpretación de la alumna, el profesor le indica que debe aclarar un poco las estructuras. Lo difícil de este movimiento es que las células rítmicas están mezcladas con las células expresivas, hay que distinguir en cada momento y no utilizar los mismos recursos para ambas células porque no se entiende. En algunos momentos se abusa del portato, hay que dejar que resuene el sonido, dejando el codo en suspensión. La mano derecha es la que hace el fraseo, no se apoya en la izquierda. En la música romántica no se anticipa excesivamente cada elemento porque le quita ese apasionamiento y esa sorpresa.
Trabaja el martellato sobre un diseño rítmico. Además Polo realiza correcciones sobre los ataques en sforzato, los puntos de entrada en el chelo para ir compenetrado perfectamente con el piano, fraseos, estabilidad de la mano derecha e impulso desde el codo al dar una arcada, digitación...
En la parte B, hay que estar muy atento a la intensidad del piano para ir equilibrando y poder dialogar, y en las notas largas aconseja dejarlas resonar como hace el piano. El fraseo es más largo, vibrato y estabilidad continuos para que el canto sea más largo, más noble. Desde la recapitulación, hay indicaciones mientras toca la alumna. La estructura en Schumann es muy clásica, así que en las repeticiones de diseños hay que darles más actividad y presencia.
Siguen trabajando cuestiones relacionadas con los golpes de arco, balance y diálogo con el piano, movimientos del brazo relacionados con la articulación. En definitiva, hay que sentir la resonancia, relajación, calidad de sonido y los armónicos, sin rigidez ni crispación.

Idioma: español