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Lecciones magistrales

Asier Polo: Brahms - Violin and cello concerto op 102 - I. Allegro

BRAHMS, Johannes

Concierto para violín, violonchelo y orquesta en la menor op. 102 (reducción para violín, violonchelo y piano)

I. Allegro

 

Asier Polo, profesor invitado

Patricia Cordero Beltrán, violín

Alejandro Gómez Pareja, violonchelo

Miguel Ángel Ortega Chavaldas, pianista acompañante

 

Después de tocar, Polo señala a los dos intérpretes que tienen maneras muy diferentes de interpretar, por eso tienen que unificar criterios, y también muestran la personalidad de cada uno en algunos momentos, lo cual es bueno. El chelo tiene que quitar tensión y ganar en relajación para evitar exceso de intensidad. La violinista toca más ligera y debe ganar más en peso. La escritura del recitativo en el chelo ya está hecha para que suene libre en tempo, no hay que hacer nada adicional. Tiene que ser a la vez un discurso bonito y entendible. Analizan las notas importantes del comienzo. Después tratan aspectos relativos a mejorar la realización del crescendo en la punta, la continuidad en los acordes, fraseo, gesto al coger el arco... Para estructurar una cadencia y darle forma orgánica hay que pensar en la secuencia acelerando-ritardando sucesivos, así se le da movimiento y nos mantenemos en tempo. En la mente debemos tener siempre el objetivo musical en primer plano porque si pensamos desde el instrumento no le damos valor musical entendible. Asier Polo da varias opciones para tocar determinado pasaje y le enseña al alumno los arcos que él hace al comienzo. Siempre tiene que haber un pulso interno que hace que se mueva la música, y compensación (tensión-relajación) para tocar con más flexibilidad.
En la parte que entra el violín, ya trabajan conjuntamente. Corrigen ciertos arcos, tienen que sentir el pulso en ternario (de vals) para enlazar con el binario más fácilmente, corrige acordes en el violín, etc. La escala no se tiene que oír, es una unidad, una energía que asciende. Los acordes de ambos juntos tienen que ser muy claros y marcando para que la orquesta pueda entrar. También da indicaciones al violín sobre su entrada, y al chelo sobre el sonido en cierto momento.
El profesor sugiere al violín trabajar más el aspecto energético y artístico, es más trabajo de arco buscando más brillo en el sonido, que es lo que distingue al solista de la orquesta. Continúa dando indicaciones sobre compenetración entre ambos y actitud al tocar. Brahms es muy clásico en estructura, así que deja muy claro dónde hay que cerrar las frases, y el chelo se tiene que guiar por esa claridad para frasear. Aconseja tener clara la intencionalidad y concepto musical de cada obra, luego ya viene la corrección instrumental. También les sugiere ser siempre sensibles a lo que ocurre a nivel rítmico y armónico. Continúa haciendo comentarios a ambos, pero en definitiva el profesor señala que en la distancia se pierde mucho el discurso, la intencionalidad musical, el dibujo, el vibrato, el fraseo… hay que trabajar mucho la proyección, hacer un dibujo más grande pero sin perder calidad: se consigue por peso con relajación y punto de contacto, no por presión.

Idioma: español